Un brujo del mal que por casualidad oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción:
Cuando ella pregunte quien mandó estos alimentos, respondan que fue el DIABLO
Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del brujo. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le preguntaron: ¿Señora no quiere saber quién le envió estas cosas? La mujer, en la simplicidad de la fe, respondió:
- No, hijito... No es preciso.
Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!
(anónimo)
.
(anónimo)
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario