viernes, 23 de julio de 2010

Alístese y enlístese!


¡¡¡Qué gran cantidad de cosas hay que hacer!!!

Nuestra condición como creyentes en Cristo, nuestro Salvador, nos permite no solo sabernos hijos de Dios, sino también sentirnos como tal.

Este conocimiento vivido, hace que no nos podamos quedar estaticos frente a las miles de urgencias materiales y espirituales que pasan nuestros hermanos en sus vidas e incluso, nosotros mismos.

Tenemos que pensar en nosotros y en los demás. Es hora de levantarnos frente a las necesidades que tenemos para que nuestra fe se muestre con verdaderas obras de amor.

El país necesita de Usted. Dios le ha capacitado para que pueda ofrecer la ayuda necesaria. Busque en su parroquia cómo puede colaborar, anímese a hacer voluntariado en las distintas organizaciones que existen y trate de ver que también el rostro de Cristo se vuelve más visible cuando nos ayudamos a nosotros mismos ayudando a los demás.

La lista es enorme: hay que dar de comer a los hambrientos (de pan y de amor), hay que vestir al que no tiene (principalmente con el vestido de su dignidad), hay que aprender que podemos ser santos (si nos lo proponemos), hay que volver a aprender a enamorarse (de las personas y de las buenas causas), hay que atender la idea de no dejar pasar a Dios por desapercibido, también tenemos que construir juntos el país (empezando por nuestra propia casa y extendiéndonos hacia nuestros vecinos)...

Todo lo anterior podríamos resumirla en la gran tarea que tenemos como hijos e hijas de Dios: hay que aprender a profundizar en nuestro corazón, la Palabra de Dios y ponerla al servicio de los demás

Vamos, anímese! hay mucho que hacer!! Y usted es el primero que puede gritar con fuerza ¡YO QUIERO y YO PUEDO!

¿Sabe por qué? Porque Cristo simplemente te ama. Vaya este domingo a misa. Él te espera.